¿Porqué pagar dinero si puedo utilizar mi tiempo? Reinventando el consumo colaborativo surge esta nueva iniciativa: los bancos de tiempo. En ellos nos encontramos con que nuestro valor es nuestro tiempo, y la moneda es la hora. A través de este sencillo modo podremos solucionar problemas cotidianos, en los que tendremos la oportunidad de desarrollar nuestras relaciones sociales.
Estos bancos de tiempo proponen una interacción sin la mediación del dinero. Además permite que las actividades que se ofrezcan tengan total independencia de la edad, sexo, estatus o procedencia de la persona colaboradora. Sus actividades abarcan desde tareas domesticas hasta arreglos informáticos.
Con más de 300 en España, los bancos de tiempo son una manera alternativa de consumo que más se extiende por nuestra geografía. Pero no la única. Coinciden con una serie de corrientes que están apareciendo en nuestra sociedad donde se valoran otro tipo de consumo y uso de nuestro tiempo. Albert Cañigueral fundó en 2011 una plataforma en Internet, llamada consumo colaborativo, donde se busca el acceso más que la propiedad. En ella se hacen eco de las empresas que apuestan por esta forma de consumo y nos introduce en esta nueva manera de acceder a los productos y servicios.
Pero es sólo la punta del iceberg de una nueva forma de consumo. Otras organizaciones buscan la segunda vida de los productos como la organización No Lo Tiro. En ella se busca sin mediación económica dar una segunda vida a los productos que ya no necesitamos. Las personas de manera particular puede ofrecer los productos que no necesiten, y esos productos son recogidos por aquellas que sí necesiten dichos objetos. Así los productos tienen una segunda vida sin necesitad de tender al hiperconsumo.
Hasta las grandes compañías exploran estas nuevas pautas. Google lanzó un nuevo servicio llamado Helpouts. Es un servicio inspirado en los Bancos de Tiempo. A diferencia de estos, sí se interactúa con divisas de por medio, pero cada persona a título individual puede ofrecer unos servicios al precio que estime. Todo el proceso se realiza a través de internet, lo que limita este tipo de servicio.
Todas estas formas nos muestran como el consumo colaborativo se abre paso en nuestra sociedad. Desde Respiro Car Sharing apostamos por este tipo de consumo, que respeta de mayor manera el medio ambiente y beneficia a la comunidad donde se desarrolla.
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