Hoy en día, en el actual contexto de crisis, el mensaje que más recibimos a través de los medios, gobiernos, y entre nosotros mismos es: hay que ahorrar, apretarse el cinturón, consumir menos, etcétera.
Si vamos un paso más allá, observamos que el ahorro no es solo una cuestión económica y que implique directamente a nuestros bolsillos particulares, sino que también debe entenderse como ahorro de recursos y consumo responsable. En esos términos, el reciclado se presenta como una gran oportunidad de ahorro a la vez que protegemos el medio ambiente.
Y es que la basura que generamos no se esfuma del planeta por arte de magia. A los más que saturados vertederos van a parar cada año millones de toneladas de basura, mucha de ella podría tener otro ciclo si se hubiera separado correctamente. En los últimos 48 años se ha producido más basura en la tierra que desde el origen del ser humano hasta 1960, estamos ante un verdadero problema medioambiental y de salud pública.
Mediante el reciclaje recuperamos total o parcialmente las materias primas reutilizables de un producto, sustituyendo estos recursos por los que se extraerían en su lugar de la naturaleza, que tendrían un coste medioambiental y económico mayor. Reciclando prevenimos la contaminación y reducimos el gasto de energía y agua.
No solo eso, una gestión de residuos eficaz promociona la expansión de las plantas de reciclaje y crea puestos de trabajo. Solo de nosotros depende promocionar una actitud duradera que haga necesarios servicios a largo plazo para gestionar el reciclaje de forma inteligente. La conciencia ecológica no solo es deseable sino que es rentable y promotora de nuevos perfiles y especialidades laborales con mucho futuro. Tanto como ha de tener el planeta en que vivimos.
Dando un repaso rápido a las claves del reciclaje, debemos tener claro que:
-Reducir y reutilizar deben ser la prioridad antes del reciclaje: hay que comprar productos con el mínimo envoltorio, y darle segundos usos a los desperdicios siempre que se pueda (con los residuos sólidos como botes o latas no es difícil: podemos improvisar fácilmente una maceta o un portalápices con un poco de imaginación.
-El papel va al contenedor azul, el vidrio al verde, plástico, latas y bricks al amarillo, y al naranja solo residuos orgánicos.
En Respiro lo tenemos claro: la oficina es un sitio idóneo para el reciclaje. Haz como nosotros e imprime lo imprescindible, separa la basura por categorías y reutiliza el papel para notas a sucio antes de tirarlo. Éstas son solo algunas ideas para hacer una oficina más ecológica, ¿tenéis alguna más?