Durante los últimos años, y como parte del compromiso de las empresas para luchar contra la contaminación y el cambio climático, se han desarrollado numerosos planes de Movilidad Sostenible, ideados para reducir las emisiones por el desplazamiento de los empleados a su puesto de trabajo y la movilidad asociada a la actividad laboral.
Estos planes son importantes en una ciudad como Madrid, donde tienen sus sedes y oficinas centrales numerosas empresas nacionales e internacionales, con una economía más enfocada a servicios que a producción de bienes manufacturados. Además, nos encontramos en una situación bastante delicada, ya que España ha sido apercibida por la superación frecuente de los niveles límite de contaminantes asociados al tráfico en núcleos urbanos.
En una coyuntura en que las grandes empresas han abandonado el centro de la ciudad en busca de localizaciones más asequibles por el alto precio del suelo en Madrid, para disponer de más espacio y tener la posibilidad de modernizar sus sedes, se hace más necesario que nunca establecer planes de Movilidad Sostenible que ayuden a compensar esta tendencia.
La administración ha hecho esfuerzos comprobados en extender las redes de transporte público hasta las zonas donde estas empresas se están desplazando (por ejemplo con la creación de las nuevas redes de metro ligero), pero es evidente que nunca el transporte público va a poder crecer a un ritmo que sea capaz de seguir esta tendencia a la deslocalización. Además hay que contar con la oposición de numerosos empleados que se niegan a utilizar estas infraestructuras por cuestiones de comodidad o tiempos de viaje excesivos.
Esto conlleva unos problemas secundarios de dificultad de aparcamiento, atascos recurrentes en las horas punta, etc. Normalmente derivan en situaciones de estrés y descenso en la productividad.
El grueso de las medidas que se toman en los planes de movilidad consisten en favorecer que los empleados compartan vehículo con algún tipo de estímulo, o establecer servicios de autobuses lanzadera desde puntos estratégicos para evitar que los trabajadores lleven sus propios vehículos (el caso de la empresa de alimentación DIA).
Desde Respiro creemos que nuestra iniciativa puede ser muy beneficiosa para dar un siguiente paso en los planes de movilidad de una empresa, una vez estos están asentados y se ha conseguido reducir el número de empleados que utilizan su propio vehículo para desplazarse al trabajo.
El éxito de los planes de movilidad sostenible tiene un componente negativo, ya que limitan la movilidad de los empleados una vez que se encuentran en el centro de trabajo. Quizá no necesiten un vehículo a diario, pero en algún momento lo necesitarán y ofrecer una alternativa en estos casos puede hacer que los planes triunfen definitivamente y el personal se decida a participar.
Con nuestro ágil sistema de coche compartido establecido en la empresa, podemos salvar este problema ya que somos capaces dar servicio a un gran número de empleados con un número pequeño de vehículos. Estos empleados podrán hacer sus desplazamientos de trabajo o particulares sin depender de los vehículos de empresa, taxis o renting, todo ello a un coste mucho menor para la empresa que cualquiera de estas alternativas y de una forma mucho más ágil, ya que sólo con tres clics o una llamada, tendrían su coche reservado y disponible.