En este post queremos hablar sobre los impactos que el cambio climático puede tener sobre la salud humana, apoyándonos en los estudios efectuados por la EPA (La Agencia de Medio Ambiente Estadounidense), una de las referencias a nivel mundial.
Si las predicciones que los científicos manejan son ciertas, más allá de afectar al entorno, algo que gran parte de la población interpreta como algo ajeno, se produciría un efecto notable sobre la forma de vida de todos nosotros de las formas que explicamos a continuación:
Olas de calor: Además de producirse una subida media de las temperaturas, también aumentará la frecuencia de olas de calor, incrementando su duración y gravedad. Esta situación unida a un envejecimiento progresivo de la población, produce un riesgo latente, ya que este es el segmento de población más sensible. Para recordar la gravedad de estos sucesos extraordinarios, conviene recordar los efectos de la ola de calor centroeuropea de 2003, cuya cifra de fallecidos está estimada en 11.400, sólo en Francia. Algo preocupante en países como España, donde ya sufrimos olas de calor de forma natural.
Eventos climatológicos extremos: En esta categoría se engloban precipitaciones muy elevadas en muy poco tiempo como tormentas tropicales o huracanes, generados fruto de unos contrastes de temperaturas muy elevados.
Cambios en las dinámicas atmosféricas: Adicionalmente, con frecuencia las olas de calor van acompañadas de un estancamiento de las corrientes atmosféricas, de forma que las emisiones contaminantes, incrementadas por las altas temperaturas, tienden a quedar acumuladas sobre los puntos de emisión, suponiendo un alto riesgo respiratorio. Algo que conocemos bien en España y la zona mediterránea, donde los niveles de ozono troposférico se superan todos los años por este efecto de combinación de muy altas temperaturas y extrema estabilidad atmosférica, suponiendo unos riesgos respiratorios importantes. De nuevo estos efectos podrían agravarse aún más. Hay muchos estudios que relacionan un incremento de las concentraciones de ozono troposférico con un incremento de mortalidad por enfermedades respiratorias de personas sensibles.
Enfermedades sensibles al clima: Los cambios en las temperaturas medias llevaran aparejado una “tropicalización” de los climas templados, lo que permitirá el desarrollo de una serie de enfermedades relacionadas con las nuevas condiciones climáticas.
Enfermedades trasmitidas por alimentos. Resultado de la elevación de las temperaturas, la proliferación de bacterias es más rápida, lo que puede llevar a enfermedades alimentarias.
Enfermedades trasmitidas por el agua. Resultado de inundaciones y precipitaciones extremas, se pueden poner en contacto residuos o aguas residuales con aguas dedicadas a usos recreativos o potables, lo que puede provocar enfermedades o parásitos fruto de la contaminación de las masas de agua.
Enfermedades transmitidas por seres vivos. Con la llegada de nuevos insectos, se transmitirían enfermedades asociadas, como el virus del Nilo por el mosquito o la enfermedad de Lyme por la garrapata.
Desde Respiro creemos que es el momento de que los ciudadanos, conociendo los riesgos a los que nos exponemos, tomemos medidas para evitarlos, favoreciendo aquellas iniciativas que puedan contribuir a este objetivo.