El coche es la segunda compra más importante en la vida de una familia después de la vivienda, ya que se lleva casi una quinta parte del presupuesto al año según los datos del INE. Si la vivienda se alquila cada vez más porque es imposible pagarla, el vehículo emprende el mismo camino.
“Tener coche propio nos cuesta entre 5.000 y 7.000 euros al año entre gasolina, aparcamiento, mantenimiento, seguro, depreciación, limpieza e impuestos de circulación”, asegura Ian Paterson, socio fundador de Respiro, firma de car sharing. “De media un coche permanece aparcado el 97% de su vida útil, por lo que el vehículo privado supone una fuente constante de gastos”, añade.

En ese sentido, para aquellos que conducen menos de 1.000 kilómetros al mes, “el uso del vehículo privado es irracional o un capricho caro”. Por ello plantea otras alternativas que “aparte de ahorrar dinero son más sostenibles”.
¿Qué opciones existen? La respuesta encierra un galimatías de términos anglosajones: car sharing, ride sharing y renting. Tres maneras de conducir sin ser el propietario del automóvil.
El car sharing o coche multiusuario permite acceder a un coche mediante una tarjeta inteligente con pago sólo por las horas que se usa. Este tipo de servicio está orientado a los conductores que viven en un mismo barrio y que no llegan a los 1.000 kilómetros al mes.
“El objetivo es mantener el acceso inmediato a un coche muy cerca de ti y eliminar todos los inconvenientes como son el gran importe inicial de la compra más los costes y pérdidas de tiempo que conllevan garaje, gasolina, seguro, mantenimiento, limpieza o impuestos”, dicen en Respiro. El ahorro medio es de entre 3.000 y 5.000 euros al año.
Existen otras modalidades de usar el coche. El ride sharing consiste en que varias personas (conductores y pasajeros) se ponen de acuerdo para compartir ruta y gastos del viaje. Esto permite a los conductores un ahorro de hasta el 75% de los gastos de desplazamiento, mientras que los pasajeros pueden acceder a ofertas de viaje muy competitivas para todo tipo de trayectos: diariamente al trabajo o la universidad o en puentes y fines de semana.
“Viajar en coche compartido permite ahorrar en gastos más de 2.000 euros al año para un trayecto diario de 20 kilómetros entre el lugar donde se vive y el trabajo”, precisa Vincent Rosso, director de BlaBlaCar en España y Portugal, red social para compartir coche.
Por último, el coche de renting queda como una opción de alquiler a largo plazo. A cambio de una cuota mensual, esta alternativa da derecho al uso y disfrute de un coche durante el plazo establecido e incluye una serie de servicios, como por ejemplo seguro, reparaciones, pago de impuestos y vehículos de sustitución.
La ventaja principal es la posibilidad de disfrute del vehículo sin tener que realizar un desembolso importante al principio. De esta manera, el renting proporciona mayor liquidez.