Seguro que a alguno se le ha echado el tiempo encima y no ha cambiado su abono por la nueva Tarjeta Transporte Público. Tras un período de sustitución iniciado en octubre de 2012, el próximo mes de julio tendremos que jubilar definitivamente a nuestro clásico abono rojo de la zona A, los usuarios de esta zona circularán ya solo con la nueva tarjeta.
Pero que no cunda el pánico: aún estamos a tiempo de solicitar el cambio y tener la nueva tarjeta justo para empezar a utilizarla en el mes de julio, podéis solicitarla aquí.
El nuevo sistema pretende solventar algunas de las carencias que presentaba la modalidad de abono clásico. La validez de la nueva tarjeta es de 30 días naturales desde la primera vez que se “pica” (desde que la recargas hasta que la utilizas por primera vez puedes esperar hasta diez días, luego empiezan a contabilizar los treinta días). En lugar de estar sujeto al mes estricto, podemos empezar a utilizarlo más avanzado el mes sin perder por ello durabilidad del abono que hemos pagado, y nos durará treinta días independientemente de que el mes termine antes.
También podemos cargar varios títulos de transporte en la misma tarjeta: hasta un abono y dos títulos de 10 viajes pueden combinarse en la misma tarjeta. Tanto la recarga de la misma como la consulta del saldo disponible se hace a través de las máquinas en las estaciones de Metro.
En materia de seguridad, la nueva tarjeta elimina el riesgo de borrado de los datos que el abono clásico de la banda magnética sufría en ocasiones en contacto con teléfonos móviles u otros campos magnéticos. Toda la información se almacena en un servidor centralizado, con lo que si nos la sustraen o la perdemos, podemos anular y recuperar una nueva tarjeta en condiciones similares a la extraviada. Muy útil para evitar usos fraudulentos.
Por último, pero no menos importante, un dato significativo para el planeta: sustituyendo los cupones mensuales de abono por la tarjeta informatizada, se calcula un ahorro de más de 150.000 kilos de papel en los próximos cinco años. Desde el punto de vista ecológico, sin duda es un acierto. A menudo no somos conscientes de lo que un papelito tan insignificante como el cupón supone para el Medio Ambiente cuando se multiplica por los 350.000 usuarios del abono de la zona A que hay en Madrid.
En Respiro apostamos por el modelo de movilidad sostenible que supone en transporte colectivo, y que combinados con servicios como el que ofrecemos de coches por horas, pueden solventar todas nuestras necesidades de movilidad de una forma racional y ecológica. Car Sharing y transporte público: la ecuación perfecta del ciudadano sostenible.